La Independencia del Perú es un proceso social e histórico que comienza, según algunos, en 1780 con la Rebelión de Jose Gabriel Condorcanqui “Tupac Amaru II” y, según otros, en 1814 con la de Cusco liderada por Mateo Pumacahua.
Este proceso, más allá del debate sobre la fecha de inicio, empezó a dar sus frutos a través de actos políticos y militares que ocurrieron en el año 1821, más o menos a partir de inicios de Julio. En este boletín, intentaremos mostrarles en varios capítulos los momentos finales de esa ruta que desembocó en tres (3) hechos políticos que sellaron jurídicamente la Independencia del Perú: la firma del Acta (15 de julio), la proclamación (28 de julio) y los juramentos (29 de julio).
Entonces, empezaremos así:
UN DÍA COMO HOY, hace 202 años, el viernes 6 de julio de 1821, el virrey José De la Serna, capitaneando el resto del ejército
realista, salió de Lima.
Acorralado por el ejército del general don José de San Martín, José de la Serna, el último virrey de Perú, abandona con sus tropas la ciudad de Lima. Este hecho marca un hito importante en el largo camino que recorrerá el Perú para su Independencia a lo largo del siglo XIX.
El virrey José de La Serna abandona Lima y se abre paso rumbo a la sierra central con 4,000 soldados. En el Pacificador Peruano de Huaura, órgano de divulgación del Ejército Libertador, se describe en abril de 1821 que “la capital fue reducida a las más triste y calamitosa situación […] La Serna tiene ya sofocados a estos habitantes con la tiranía que ejerce y las contribuciones. Ya no hay valor y para resistir tanta persecución, para soportar las ejecuciones y clandestinas y arbitrarias, para sufrir la carestía de víveres. El arroz está a 12 pesos botija, y el maíz 10 pesos fanega […] De carne no se hable. Semejante estado me hace temer que, si no hay alguna variación dentro de un mes, perece la mitad de esta población.
LIMA QUEDA A MERCED DE LOS INSURGENTES. El 6 de julio, el virrey La Serna emprende la retirada de Lima con su ejército. La marcha por la quebrada de Mala hasta alcanzar las alturas de Yauyos es hostigada por las montoneras patriotas. El Ejército Libertador se apresta a ingresar a la capital del virreinato sin derramar una gota de sangre.
(...) Cuando fracasaron las negociaciones de paz de Punchauca, el virrey La Serna decidió que era el momento de abandonar la capital del virreinato. Con su estado mayor había analizado la situación militar y consideraba que había perdido el control del mar incluyendo el bloqueo del Callao. Como consecuencia había desabastecimiento y hambre en Lima. Encima una peste diezmaba a la población y cundía la desmoralización. A sus ojos, el ejército realista se estaba desintegrando. Por el contrario, su plan era subir a la sierra, encontrar avituallamientos, reclutar indígenas y entrenar sus tropas. Pensó que perdida la costa había posibilidad de librar una segunda y decisiva batalla por el país desde la sierra.
(...) En el momento de la partida, La Serna dejó una guarnición de dos mil hombres en los castillos de El Callao y unos mil enfermos. La retirada fue bastante penosa, porque las tropas estaban maltrechas y hubo muchos rezagados. Su destino era el valle del Mantaro y hasta ahí llegaron menos de cuatro mil hombres. La ruta que tomó el virrey era por Yauyos, donde el frío y la altura terminaron de golpear a las fuerzas del virrey. (*)
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* Fuente: Diario La República, Antonio Zapata, historiador, profesor de la PUCP y de la Universidad de Shanghái, China, artículo “Parte de Guerra: El virrey La Serna huye deLima” del 4/7/2021.
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